Aníbal Núñez San Francisco (Salamanca, 1944-1987) se presenta ante los lectores como un autor sin apenas biografía. Por una parte, la deliberada obturación confesional de su poesía impide que nos asomemos a la peripecia cotidiana del individuo que la compuso ―cosa distinta es que su denso entramado alegórico haya alentado a menudo una interpretación en clave psicocrítica o psicobiográfica―. Por otra parte, los testimonios de amigos y conocidos coinciden en hablar de una existencia marginal, marcada por los paseos circulares alrededor de su ciudad natal y por la sombra de la drogadicción. Sin embargo, la “vida dañada” de Aníbal Núñez, por decirlo a la manera de R. de la Flor, solo alcanzaría a explicar muy parcialmente la singularidad expresiva de una de las voces más potentes surgidas en los aledaños de la Transición democrática. Si su temprana muerte ha dado pie a una falacia biográfica que nos invita a contemplar los principios creativos del poeta Aníbal Núñez desde el final de la vida del hombre Aníbal Núñez, la asincronía entre la fecha de redacción y la fecha de publicación de sus libros ha consolidado su fama de autor preterido a causa de su escritura arrebatada o excéntrica, cuando no en razón de su personalidad esquiva.
No obstante, si bien es cierto que Aníbal Núñez perdió el tren “novísimo”, no lo hizo por una determinación excepcional, sino por las exigencias de una historiografía que ya se había puesto en marcha cuando el poeta tenía como única carta de presentación un cuadernillo compuesto a medias con el escritor canario Ángel Sánchez: 29 poemas (1967). Asimismo, el apogeo de la promoción sesentayochista se produciría en un momento en el que el autor contaba con un libro en solitario (Fábulas domésticas, 1972), más cercano a la vertiente crítica de los seniors de Castellet que a los modos rupturistas de la coqueluche, a cuyas filas pertenecería por edad y educación sentimental. De hecho, Aníbal Núñez intervino en el casus belli novísimo con una beligerante carta ―firmada al alimón con Julián Chamorro Gay― donde exponía su rechazo a una “poesía metropolitana de evasión y de divertimentos formalistas”. Con todo, ese voluntario desvío de la nueva sensibilidad no impide que sus primeras entregas participen de una atmósfera de época y se adscriban a una reconocible mitología generacional. Así, en sus versos iniciales hallamos emblemas beat e iconos pop, fugas digresivas, pasadizos entre el discurso lírico y el metadiscurso teórico, notas culturalistas y ejemplos de belleza mórbida o delicuescente.
Desde 1972 hasta 1979, cuando da a las prensas Taller del hechicero, el autor experimentaría un proceso de ensimismamiento creativo que provoca que la continuidad en la escritura no se traduzca en la continuidad en la publicación. Prueba de ello es que en el annus mirabilis de 1974 llegó a compaginar la redacción de cinco libros que solo verían la luz íntegramente con carácter póstumo: Naturaleza no recuperable, Estampas de ultramar, Definición de savia, Casa sin terminar y Figura en un paisaje. El primero ―que durante su periodo embrionario se conoció como Naturaleza póstuma― circularía en versión abreviada, y bajo el seudónimo de Mario Casas, en 1976. Como su rótulo anuncia, estamos ante una elegía posmoderna que combina la reivindicación ecológica y el lamento por una naturaleza convertida en cultura y, en ese sentido, “no recuperable”. Con la distancia emotiva propia del autor, los poemas ilustran la suplantación del patrimonio natural por su simulacro estético. Al final del camino, solo queda la huella de una profanación: la que el ser humano ha ejercido sobre el paisaje, entendido como concepto artístico y como contexto literario. La inversión del locus amoenus que Aníbal Núñez lleva a cabo en este volumen se desplaza a un horizonte distinto en Estampas de ultramar, un libro fronterizo entre la apócrifa crónica de Indias y el tratado de antropología social. Sin embargo, la impersonalidad del registro científico es aquí el disfraz pintoresco que permite abordar un tema mucho más polémico: la denuncia de los procesos poscoloniales impulsados por el imperialismo político y económico. A su vez, Definición de savia insiste en la burlesca reactivación del “menosprecio de corte y alabanza de aldea” ―rastreable en “Salicio vive en el tercero izquierda”, “Madrid” o “Solar edificable”― y en la búsqueda de una revelación trascendente que constantemente escapa del cepo verbal que le tiende el autor. El tono didáctico y apodíctico que presidía Fábulas domésticas reaparece en las viñetas de Casa sin terminar, cuyo tono oscila entre la parodia mitológica, la revisión de los cuentos de hadas y la desacralización de los tópicos petrarquistas. Finalmente, el libro que cierra este ciclo, Figura en un paisaje, se ha considerado en ocasiones como un intento tardío de rendir pleitesía a la musa novísima, pues se trata de la obra más culturalista de Núñez, donde convergen la écfrasis pictórica y la sinuosidad metapoética. No obstante, leído hoy sin anteojeras epocales, poco importa si Figura en el paisaje fue el último cartucho el autor antes de asumir su irrevocable condición de outsider, o simplemente el fruto de la coincidencia en unos moldes compositivos que, en cualquier caso, no eran ajenos a sus preocupaciones.
La reflexión metadiscursiva sirve de inspiración a Taller del hechicero (1979), donde el sujeto comparece como un alquimista o un taumaturgo preparando sus pócimas en una oscura marmita. El lúcido escepticismo que atraviesa toda la obra del poeta alcanza aquí su expresión más depurada, según se observa en el epigrama “Pebetero”, una demostración histórica y empírica de la vanitas: “Que me traigan el humo dijo Ciro / y le trajeron todas sus victorias”. En su siguiente entrega, Alzado de la ruina (1983), la mudanza del campo a la ciudad implica el tránsito desde una naturaleza en peligro de extinción hasta la reapropiación del motivo poliédrico de las ruinas. Estamos sin duda ante una de las obras mayores de Aníbal Núñez, que adopta la estructura de un encriptado laberinto para levantar su arquitectura efímera: poemas como “Noticia de la hidra en la ciudad dorada” o “Casa Lys” resemantizan el género barroco de las ruinas como una metáfora múltiple que registra la incompasiva destrucción del espacio urbano y la dimensión póstuma de quien asiste a ese espectáculo. La idea de “levantar un monumento vivo a la caída” estaba ya en la base de una plaquette publicada un año antes de Alzado de la ruina: Trino en estanque. Por su parte, Clave de los tres reinos, editado en 1986, fue el último libro aparecido en vida del autor, tras obtener el premio Constitución, concedido por la Junta de Extremadura. Entre la espera del advenimiento epifánico y la aceptación de la declinación vital, el poeta da cuenta de una estética de la consunción en la que también se alinean diversos títulos póstumos, a menudo no exentos de problemas ecdóticos: Cuarzo (1981, pero cuya edición definitiva data de 1988), Primavera soluble (1992), y los cuadernos Gormaz a sangre y fuego (1987), Cristal de Lorena (1987) y Memoria de la casa sin mención al tesoro ni a su leyenda antigua (1991), en los que se destila un simbolismo hermético que obedece antes al chisporroteo irracional o a la iluminación rimbaudiana que a las bridas del lenguaje lógico.
En suma, la travesía poética de Aníbal Núñez no solo refleja los temas y estilemas del sesentayochismo, sino que prefigura algunas líneas posteriores y manifiesta la libertad irrestricta de un creador que nos anima a mantener “despierta la pupila, tenso el arco” en el proceso de la cetrería verbal. La poesía completa de Aníbal Núñez se ha reunido en dos ocasiones: en los dos volúmenes de Obra poética (1995), coordinados por Fernando R. de la Flor y Esteban Pujals Gesalí, y en Poesía reunida (1967-1987) (2015), editada por Vicente Vives Pérez, que fija definitivamente la producción anibaliana. Vives Pérez es asimismo el responsable de la antología La luz en las palabras (2009), que podría interpretarse como la tardía canonización de Aníbal Núñez, debido a su aparición en la colección “Letras Hispánicas” de la editorial Cátedra.
1. Bibliografía del autor
Poesía
Primeras Ediciones
Núñez, Aníbal (1967). 29 poemas. Salamanca: Artes Gráficas Vítor. En colaboración con Ángel Sánchez. [Edición no venal].
_____ (1972). Fábulas domésticas. Barcelona: Ocnos.
_____ (1979). Taller del hechicero. Valladolid: Balneario Ediciones. [Reedición en Salamanca: Amarú, 2009].
_____ (1981). Cuarzo. Madrid: Entregas de la Ventura.
_____ (1982). Trino en estanque [plaquette]. Separata de Cuadernillos de Madrid.
_____ (1983). Alzado de la ruina. Madrid: Hiperión
_____ (1986). Estampas de ultramar. Valencia: Pre-Textos. [Reedición en Salamanca: Diputación de Salamanca, 2007].
_____ (1986). Clave de los tres reinos. Badajoz: Editora Regional de Extremadura.
_____ (1987). Cristal de Lorena [plaquette]. Málaga: Newman / Poesía.
Ediciones Póstumas
Núñez, Aníbal (1987). Gormaz a sangre y fuego [plaquette]. En Pliegos de Poesía Hiperión, núms. 5-6. [Reedición, junto con Figura en un paisaje, en Salamanca: Diputación de Salamanca, 2012].
_____ (1988). Cuarzo [edición completa]. Valencia: Pre-Textos.
_____ (1991). Casa sin terminar. Mérida: Editora Regional de Extremadura.
_____ (1991). Definición de savia. Madrid: Hiperión.
_____ (1991). Memoria de la casa sin mención al tesoro ni a su leyenda antigua [plaquette]. Separata de Espacio / Espaço Escrito, núm. 8.
_____ (1991). Naturaleza no recuperable. Madrid: Libertarias.
_____ (1992). Primavera soluble. Valencia: Pre-Textos [Reedición facsimilar en Salamanca: Diputación de Salamanca, 2003].
_____ (1993). Figura en un paisaje. Salamanca: Diputación de Salamanca. [Reedición en Salamanca: Diputación de Salamanca, 2012].
_____ (2007). Cartapacios. Mérida / Béjar: Editorial de la Luna. Edición de Fernando R. de la Flor y Germán Labrador Méndez.
Antologías
Núñez, Aníbal (2009). La luz en las palabras. Madrid: Cátedra. Edición de Vicente Vives Pérez.
Poesías completas
Núñez, Aníbal (1995). Obra poética. Madrid: Hiperión. Edición de Fernando R. de la Flor y Esteban Pujals Gesalí. 2 vols.
_____ (2015). Poesía reunida (1967-1987). Madrid: Calambur. Edición de Vicente Vives Pérez.
Otros libros
Núñez, Aníbal (1976). Zacarías González. Madrid: Ibérico Europea de Ediciones.
_____ (1995). Pequeña guía incompleta y nostálgica de Salamanca. Salamanca: Tesitex.
Fotografías de José Núñez Larraz.
Traducciones
Catulo (1984). Cincuenta poemas. Madrid: Visor.
Propercio (1980). Elegías. Valladolid: Balneario Ediciones.
Rimbaud, Arthur(1975). Poesías 1870-1871. Madrid: Visor.
2. Bibliografía sobre el autor [selección]
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_____ (ed.) (2008). Mecánica del vuelo. En torno al poeta Aníbal Núñez. Madrid: Círculo de Bellas Artes. [Incluye colaboraciones de Miguel Casado, José-Miguel Ullán, Olvido García Valdés, Carlos Piera, Antonio Méndez Rubio, Mariano Peyrou, Tomás Salvador González, Susana Díaz, Tomás Sánchez Santiago, Menchu Gutiérrez, Ángel L. Prieto de Paula, Jenaro Talens, Fernando R. de la Flor, Francisco Castaño e Ildefonso Rodríguez].
Casado, Penélope (2005). “Aníbal Núñez en la tradición hermética”. Letras de Deusto, 35.1. 159-176.
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Corral Cañas, Celia (2012). “Rumor de pasos. Claudio Rodríguez y Aníbal Núñez: encrucijada de dos poéticas errantes”. Aventura, 4. 111-119.
Gutiérrez Valencia, Cristina (2017). “‘¿Estás fábulas son imbéciles, pero nada más?’: ironía y ambigüedad en Fábulas domésticas, de Aníbal Núñez”. Prosemas, 3. 229-258.
Herrero Álvarez, Joaquín (2007). La lírica de Aníbal Núñez. Madrid: Universidad Complutense.
Labrador Méndez, Germán (2009). Letras arrebatadas: poesía y química en la Transición española. Madrid: Devenir.
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Nicolás, César (1997). “Poesía y recepción. El caso de Aníbal Núñez”. Ínsula, 606. 91-12.
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_____ (ed.) (2013). “Aparente guante que sea cepo”. Nuevas aproximaciones a las poéticas anibalianas. Frankfurt am Main: Peter Lang. [Incluye colaboraciones de Rosamna Pardellas Velay, Penélope Casado, Raúl Díaz Rosales, Jorge Fernández Gonzalo, David Ferrer, Isabel González Gil, Jesús Muñoz Morcillo, María Lucía Puppo, Emilio Salgado Freire, José Manuel Trabado Cabado y Vicente Vives Pérez].
Pliegos de Poesía Hiperión. Aníbal Núñez (1944-1987) (1987) [núms. 5-6. Incluye colaboraciones de Fernando R. de la Flor, Tomás Sánchez Santiago, Jaime Siles y Miguel Casado].
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Ruiz Casanova, José Francisco (1997). “Sintaxis tridimensional”. Ínsula, 606. 13-14.
Sánchez Santiago, Tomás (1996). “Todo, nada bajo el lenguaje”. El Urogallo, 124. 26-27.
Vives Pérez, Vicente (2008a). Aníbal Núñez, la voz inexpugnable. Alicante: Universidad de Alicante.
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A lo largo de quince años de trayectoria literaria, Víctor Botas (Oviedo, 1945-1994) consolidó una obra personal que gira en torno a dos ejes: la desenfadada revisitación de la historia antigua y la recreación (a veces irónica, otras veces elegiaca) del microcosmos doméstico. Su acceso tardío a la edición, en 1979, impidió que su nombre se asimilara a la nueva ola sesentayochista, al tiempo que lo conectó con otros autores que ya no esgrimían la voluntad rupturista como estandarte colectivo. Su presencia en la antología Las voces y los ecos (1980), editada por José Luis García Martín ―quien, con el tiempo, sería amigo, valedor y casi “demiurgo” de Botas―, contribuyó a enmarcarlo dentro de la “contrarreforma” estética a la que se acogían la mayoría de los seleccionados en aquella publicación. Sin embargo, la escritura botesca exhibe unos rasgos específicos que, por un lado, actualizan algunas claves de la poética generacional y, por otro, anticipan el “clasicismo posmoderno” al que más tarde se adscribirían Aurora Luque o Juan Antonio González Iglesias. Si su pasión por la cultura grecolatina tiende a reconstruir desde el presente la imagen de un pasado animado, su vertiente cotidiana registra la epopeya de un sujeto antiheroico que no teme incurrir en el chiste ocasional ni caer en el prosaísmo: “No le toques ya más, / que así es la prosa”, escribió en una variación paródica sobre Juan Ramón Jiménez titulada “El poema” (Historia antigua). De esta forma, la cosmovisión del autor oscila entre la proyección nostálgica de un romano expatriado ―“si creyera en esas pamplinas de la transmigración de las almas, diría que en una vida anterior fui un romano”, confesó en una conversación con Javier Almuzara― y la desenvoltura coloquial de una suerte de Woody Allen obsesivo y enamoradizo que vive con la muerte en los talones. La peculiar fusión de estas dos modalidades refleja en el plano literario la paradoja de quien compatibilizó laboralmente, con irregular fortuna, el Derecho romano y las inversiones bursátiles.
La producción de Botas se inicia con Las cosas que me acechan (1979) y Prosopon (1980), donde se dan cita los laberintos borgianos, las máscaras subjetivas y una cadencia simbolista que se irá atemperando en títulos posteriores. Mientras que su ópera prima prefigura un tema recurrente, como la preocupación por la perduración de la palabra poética, en Prosopon asistimos a la irrupción de los vestigios grecolatinos mediante écfrasis artísticas, meditaciones físicas sobre la circularidad de la historia y ruinas metafísicas “que el tiempo deja / (acaso nada más) para inquietarnos”, según se lee en “Pintura pompeyana”. Sus siguientes entregas, las versiones y diversiones de Segunda mano (1982) y Aguas mayores y menores (1984), reivindican el tono menor y el placer del pastiche, pues responden al impulso de los ejercicios auspiciados por la ovetense tertulia Óliver, de la que el poeta fue asiduo colaborador. Segunda mano se concibe como una galería de traducciones libres de clásicos y contemporáneos, lo que no es óbice para que Botas considerara esta pieza como parte de su propia obra: “Esto es ―así lo espero― un libro vivo y, sobre todo, un libro mío: solo habla de mí”, se afirma en la nota editorial. Por su parte, Aguas mayores y menores, donde convergen la irreverencia política y el chiste sexual, puede interpretarse como un homenaje a la tradición epigramática y a algunos de sus más conspicuos cultivadores. Después de estas pruebas de imprenta, Historia antigua (1987) y Retórica (1992) no solo revelan la versatilidad del escritor en diversos moldes estróficos, sino que despliegan un inventario de revisiones mitológicas, viñetas sociales, estampas impresionistas, sátiras costumbristas y reflexiones metadiscursivas que proclaman la pervivencia del exegi monumentum horaciano. En Historia antigua, del que el autor ya había ofrecido un adelanto en el cuadernillo Arcana Imperii (1984), cristaliza el singular “culturalismo confesional” de un personaje a cuya biografía accedemos a través de semblanzas desmitificadoras (“Teseo”, “Padre Apolo”), correlatos históricos (“Veterano de Actium”, “En el foro romano”) y metáforas artísticas (“Venus”, “Alegoría de la primavera”). Algo similar cabría decir de Retórica, rotulado así para conjurar el miedo al agotamiento estético, en el que se acentúan la veta irónica y el diálogo con la tradición: “Persistentes / metáforas eternas / con que urdir, / siglo a siglo, un poema ―el único / poema― que un puñado de fatuos va tramando”. El yo que calzaba coturno y campaba a sus anchas por el foro romano, la Capilla Sixtina o el Palatino se atrinchera tras la conversación con los libros y la melancolía otoñal en Las rosas de Babilonia (1994), el libro póstumo e inacabado del autor. En 2014 vio la luz Carta a un amigo y otros poemas previos, que recoge composiciones tempranas redactadas entre 1976 y 1978.
Tras su repentino fallecimiento, la poesía de Víctor Botas se ha recopilado en tres ocasiones:Poesía (1979-1992) (1994), Poesía completa (Llibros del Pexe, 1999) y Poesía completa (La Isla de Siltolá, 2012). Asimismo, la antología temática Historias con historia (2009) reunió una significativa selección de sus poemas. Por otra parte, al escritor se le han dedicado la monografía La poesía de Víctor Botas (2004), de Luis Bagué Quílez, y tres volúmenes conmemorativos: La obra literaria de Víctor Botas (1995), editado por José Luna Borge, en el que se incorpora Versiones libertinas, un apartado de traducciones inéditas de Marcial; Víctor Botas y la poesía de su generación (2006), editado por Leopoldo Sánchez Torre; y Mañana es hoy. Víctor Botas, veinte años después (2014), editado por Javier García Rodríguez.
Finalmente, aunque su repercusión haya sido menor que la de su obra en verso, el autor desarrolló una continuada labor narrativa a la que se desplazan las inquietudes habituales en sus estrofas. Ejemplos de ello son las novelas Mis turbaciones (1983), donde se confunden apuntes biográficos, eróticos y metaficcionales; Rosa rosæ (1992, reeditada en 2015), una recreación picaresca de la Roma clásica que incide en las semejanzas entre la historia romana y la historia actual, y Yanira (1996), una narración breve perteneciente al género detectivesco y ambientada de nuevo en el mundo latino. En este contexto destaca también la colección de relatos El humo del Vesubio (1997), que recicla referentes que van desde los cuentos de fantasmas de Henry James hasta La muerte en Venecia, de Thomas Mann.
En suma, la rotunda voz de Víctor Botas sigue sonando con nitidez veinticinco años después de su muerte. Prueba de esta vitalidad es “Asturcón”, una de sus pocas poéticas explícitas, en la que Botas resucitó al cojitranco caballo astur del que había hablado Marcial para defender un programa sustentado en “una emoción inquieta” y “unas gotas / de sonriente coña beatífica”, dos ingredientes que no deberían faltar en las recetas líricas del siglo xxi.
1. Bibliografía del autor
Poesía
Libros de poemas
Botas, Víctor (1979). Las cosas que me acechan. Avilés: Jugar con Fuego.
_____ (1980). Prosopon. Carboneras de Guadazaón (Cuenca): El Toro de Barro.
_____ (1982). Segunda mano. Gijón: Noega.
_____ (1985). Aguas mayores y menores. Oviedo: Cuadernos Óliver.
_____ (1987). Historia antigua. Pamplona: Pamiela.
_____ (1992). Retórica. Gijón: Ateneo Obrero.
_____ (1994). Las rosas de Babilonia. Sevilla: Renacimiento.
_____ (2014). Carta a un amigo y otros poemas previos. Gijón: Impronta. Edición de José Luis García Martín.
Cuadernos
Botas, Víctor (1980). Homenaje. Oviedo: El Telar de Penélope.
_____ (1984). Arcana Imperii. Avilés: Cuadernos de Cristal, 1984.
Antologías
Botas, Víctor (2009). Historias con historia. Oviedo: Trabe. Edición de Luis Bagué Quílez.
Poesías completas
Botas, Víctor (1994). Poesía (1979-1992). Gijón: Llibros del Pexe.
Botas, Víctor (1999). Poesía completa. Gijón: Llibros del Pexe. Edición de José Luis García Martín.
Botas, Víctor (2012). Poesía completa. Sevilla: La Isla de Siltolá. Edición de José Luis García Martín
Traducciones
Botas, Víctor ([1981] 1995). Versiones libertinas [traducciones de Marcial]. La obra literaria de Víctor Botas. José Luna Borge (ed.). Gijón: Llibros del Pexe. 131-154.
Obra narrativa
Botas, Víctor (1983). Mis turbaciones [novela]. Barcelona: Laertes.
_____ (1992). Rosa rosæ [novela]. Zaragoza: Crítica 2(mil). [Reedición en Sevilla: Renacimiento, 2015, con prólogo de Juan Bonilla y epílogo de Carmen Morán].
_____ (1996). Yanira [novela]. Gijón: Llibros del Pexe.
_____ (1997). El humo del Vesubio [relatos]. Oviedo: Nobel.
Otros géneros
Botas, Víctor (2004). “Diario inédito (1981-1987)”. Clarín. Revista de Nueva Literatura, 53. 48-55.
2. Bibliografía sobre el autor [selección]
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Bagué Quílez, Luis (2003). “La sátira social, mitológica y literaria en la poesía de Víctor Botas”. Clarín. Revista de Nueva Literatura, 44. 10-17.
_____ (2004). La poesía de Víctor Botas. Una relectura de los clásicos grecolatinos. Gijón: Llibros del Pexe.
_____ (2009). “Babilonia sin rosas: Víctor Botas y la poesía española del siglo xxi”. Poetas asturianos para el siglo xxi. Carlos X. Ardavín Travanco (ed.). Gijón: Trea. 33-51.
Bartolomé Gómez, Jesús (2017). “El Horacio lírico de Víctor Botas”. Pasavento. Revista de Estudios Hispánicos, 5 (2). 291-316.
Cortés Tovar, Rosario (1998). “El epigrama latino en la poesía de Víctor Botas”. Cuadernos de Filología Clásica. Estudios Latinos, 14. 269-283.
García Martín, José Luis (1992). “La poesía de Víctor Botas”, en La poesía figurativa. Crónica parcial de quince años de poesía española. Sevilla: Renacimiento. 44-50.
García Rodríguez, Javier (ed.). (2016). Mañana es hoy. Víctor Botas, veinte años después. Oviedo: Universidad de Oviedo. [Incluye colaboraciones de Javier García Rodríguez, Luis Bagué Quílez, Pedro Conde Parrado, José Luis García Martín, Carmen Morán Rodríguez, Pablo Núñez Díaz y Rodrigo Olay Valdés].
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López-Vega, Martín (1995). Tertulia Oliver. Una aproximación bibliográfica. Gijón: Llibros del Pexe.
Luna Borge, José (ed.) (1995a). La obra literaria de Víctor Botas. Gijón: Llibros del Pexe, 1995. [Incluye colaboraciones de Martín López-Vega, José Luis Morante, Enrique Molina Campos, Miguel d’Ors, Leopoldo Sánchez Torre, José Gutiérrez, José Luna Borge, Rafael García, Florencio Martínez Ruiz, Lorenzo Oliván, Juan Bonilla, Felipe Benítez Reyes, Víctor García de la Concha, Ricardo Vázquez Prada, J. I. Gracia Noriega, Javier Almuzara y Luis Mario Arce].
_____ (1995b). “Víctor Botas, un clásico divertido”. Cuadernos Hispanoamericanos, 541-542. 272-277.
_____ (1999). “Detestada, sobada, imprescindible ‘retórica’”, en Bazar de lecturas. Sevilla: Renacimiento. 63-66.
Martínez Álvarez, Josefina (1998). Notas a la poesía de Víctor Botas. Oviedo: Real Instituto de Estudios Asturianos.
Morales, Carlos Javier (1999). “La poesía de Víctor Botas: una lectura posmoderna de los clásicos”. Cuadernos Hispanoamericanos, 594. 150-153.
Munárriz, Miguel (1988). “Apuntes sobre la poesía de Víctor Botas”. Ínsula, 494. 19.
Ors, Miguel d’ (1994). “Víctor Botas (Apunte para unas memorias)”. Los Cuadernos del Sornabique, 1-2. 5-11.
Sáenz Herrero, Jorge (2007). “La poesía ‘pisada’ de Segunda mano: Víctor Botas y sus traducciones de Horacio, Catulo y Marcial”. Interlingüística, 17. 934-943.
Sánchez Torre, Leopoldo (1999). “El pacto con Botas”. Clarín. Revista de Nueva Literatura, 24. 18-23.
_____ (ed.) (2006). Víctor Botas y la poesía de su generación. Nuevas miradas críticas. Oviedo / Gijón: Universidad de Oviedo / Llibros del Pexe. [Incluye colaboraciones de Miguel Alarcos Martínez, Luis Bagué Quílez, Begoña Camblor Pandiella, Marta B. Ferrari, José Luis García Martín, Araceli Iravedra Valea, Antonio Jiménez Millán, Juan José Lanz Rivera, Claude Le Bigot, José Luna Borge, Josefina Martínez Álvarez, José Enrique Martínez Fernández, José Luis Morante, Lorenzo Oliván, Miguel d’Ors, Ángel L. Prieto de Paula, Álvaro Ruiz de la Peña, Leopoldo Sánchez Torre y Elena Sarrión Fernández-Diestro].
Vara Ferrero, Natalia (2011). “Lecturas irónicas de la tradición clásica: el caso de Víctor Botas”. Versos robados. Tradición clásica e intertextualidad en la lírica posmoderna peninsular. Almudena del Olmo Iturriarte y Francisco Díaz de Castro (eds.). Sevilla: Renacimiento. 207-227.
En su fase actual, el grupo POESCO se encuentra trabajando en el estudio histórico y filológico de la poesía española publicada a lo largo del período histórico de la Transición a la democracia, un período tan breve como intenso de nuestras letras, en el que tiene lugar uno de los momentos más fecundos de la poesía española reciente por lo que toca a la convivencia de diversas tendencias poéticas, pero también porque coexisten en el panorama literario cuatro generaciones distintas.